Demostramos nuestra enorme fortaleza

En la Asociación Solidarista de Empleados Seguro Social de Pérez Zeledón (Asesudiss) celebramos haber echado abajo una intentona del Poder Ejecutivo orientada a gravarnos con un impuesto (del 15%) los fondos de cesantía.

Demostramos nuestra enorme fortaleza

Aunque el solidarismo surgió como una alternativa de apoyo a las buenas relaciones obrero patronales, sin bloqueos ni suspensiones de servicios públicos, las recientes aspiraciones gubernamentales de cercenarle algunos de sus derechos sirvieron para demostrar que somos un movimiento de enorme fortaleza.

En la Asociación Solidarista de Empleados Seguro Social de Pérez Zeledón (Asesudiss) celebramos haber echado abajo una intentona del Poder Ejecutivo orientada a gravarnos con un impuesto (del 15%) los fondos de cesantía.

Parte de nuestra fuerza de convicción radica en argumentos suficientemente válidos, para demostrar que los trabajadores integrados en este tipo de organización de la economía social solidaria ya estamos pagando lo suficiente al Estado, con los gravámenes directos que recaen sobre nuestros salarios.

La Asesudiss –pequeña si se le compara con otras grandes asociaciones solidaristas que existen dentro de la misma Caja Costarricense de Seguro Social- está integrada por 250 afiliados y cuenta con un capital mil millones de colones.

Y aunque al Poder Ejecutivo le parezca que ese es un botín al que pueda echarle mano, es un capital que nos pertenece única y exclusivamente a nosotros, los afiliados, porque está constituido por nuestros ahorros, mejorados con una buena administración y utilizados para dar soluciones a los asociados en condiciones crediticias mucho más favorables que las que podemos encontrar en otras organizaciones o en las entidades financieras.

Debemos recordar, sin embargo, que el Gobierno insiste meterle las manos en los bolsillos a los solidaristas, aumentando el gravamen ya existente del 5% a un 15%, los excedentes de las asociaciones solidaristas.

Mal hace el Gobierno con decirse promotor de la economía social, al tiempo que trata de restarle fuerza y atractivo con más y nuevos impuestos. Ya los empleados de la Caja estamos contribuyendo lo suficiente, con los 51 mil millones de colones (equivalentes a 140 millones de colones diarios) que pagamos por impuesto al salario, anualmente.

El solidarismo se apuntó un éxito en el primer intento gubernamental por gravarnos los fondos de cesantía, pero la lucha continúa en Cuesta de Moras, por evitar que nos vayan a aumentar el gravamen a los excedentes.

En sus necesidades de dinero, Poder Ejecutivo busca qué gravar con impuestos, pero los más de 500 mil solidaristas que existimos en Costa Rica estamos dispuestos a evitar –con los más razonables argumentos- que el estado venga a darle un golpe de gracia al solidarismo, una expresión de la economía social sustentada en la doctrina de la Iglesia, que procura la justicia, la paz social, la armonía obrero patronal y el desarrollo integral de sus asociados.

Relacionados

Comentarios están cerrados